Los Musiqueros Entrerrianos llevan en el canto, el amor a su tierra y como proyecto principal, mostrarla e invitar a conocerla. Son portadores de ritmos como el rasguido doble, el chamamé, el tanguito costero, la chamarrita.

Han grabado cuatro trabajos discográficos incorporando canciones tradicionales como “Juan de Gualeyán”, “El taca taca del motor” haciendo bailar y poner de pie al público del Festival de Cosquín. Así también, rescatan viejos ritmos pedidos por el público como Amor en Budapest, La Mentirosa, Puerto Montt, etc.

Los Musiqueros Entrerrianos han demostrado una profunda conexión entre su región y su público que mantienen y revelan en los escenarios de distintos rincones del país donde se presentan. Sin duda, contando historias, describiendo costumbres y lugares turísticos provocaron la demanda de este tipo de canciones y llevó a la empresa discográfica a editar un “20 Grandes Éxitos”.

En su primer viaje a Miami fueron condecorados como “Visitantes distinguidos del Condado de Dade” por el Alcalde Alex Penelas por el show realizado. Han recibido el premio “Canto y Guitarra” de A.M.A. (Asociación Mujeres Argentinas) por la grabación de el Himno Nacional Argentino interpretado con distintos ritmos folklóricos.

Hoy nos presentan “Natural”, un álbum cargado de desafíos en todos sus aspectos, desde el concepto y el diseño gráfico, y la modernidad de un video clip incorporado. Las canciones, en su gran mayoría compuestas por los mismos intérpretes. Tal es el caso de “Una tierra diferente” elegida como himno turístico de la provincia y declarada de interés educativo por el Consejo Gral. de Educación de la Pcia. de Entre Ríos.

Francisco Cuestas, Marcelo Maddoni, Rubén Giménez, innegablemente entrerrianos. Suenan y el oyente se transporta a ese paraíso mesopotámico. Un trío con un recorrido y lauros suficientes para hablar de trayectoria, traen aquí su disco número 5: “Natural”. Su repertorio confirma que, en la música popular de raíz folklórica no está dicha la última palabra. Con un conjunto de nuevos autores, entre los que ellos mismos se destacan, hilvanaron un repertorio lleno de colores comarcanos como un muestrario de talento y trabajo, confirmando una continuidad creativa en un género que necesita de “hacedores” como vital alimento para su buena salud.